lunes, 30 de julio de 2012

2.2.6.6 Lenguaje, Educación y música


Si bien Gardner señala que los procesos y mecanismos que producen la música y el lenguaje humanos son distintos (2001, p: 100), ambos, música y lenguaje convergen en algo: ambos son sistemas simbólicos.
La música es un tipo de lenguaje, un modo de comunicación anterior al lenguaje verbal. Antes que con lenguaje verbal, los niños se comunican con lenguaje musical. Los niños son muy hábiles para reconocer y producir  tonos distintos, y no simplemente tonos aislados, sino secuencias de tonos, melodías; lo cual, como sugiere Margarita Moreno Montoya (2008, p. 38). La música es como un  tipo de comunicación acústica de contenidos emocionales, donde la conexión entre el significante  y el significado (La música y lo que con ella se trata de comunicar) es muy estrecha y poco abstracta a diferencia de lo que ocurre con el lenguaje verbal, donde la entonación –que tiene mucho de música-  modifica la relación entre  las palabras y su significado, hasta hacerlo abstracto y arbitrario.
Muy comúnmente se confunde la poesía con la música, puesto que comparten las nociones de ritmo y  entonación, sin embargo sus diferencias  son enormes; una maneja el lenguaje verbal; la otra no. De cualquier forma, en nuestra sociedad y en casi cualquier sociedad de cualquier tiempo, el canto, fusión de poesía y música, se ha utilizado como herramienta educativa, ha sido un puente y estimulo de la memoria verbal, recordemos que en la infancia, muchos de los conocimientos abstractos, como los números, nombres de cosas, elementos gramaticales etc. Etc.,  son aprendidos mediante canciones.
Educación y música tienen algo en común, al menos estructuralmente: ambas son instrumentos de la comunicación, pues en ellas hay emisor, receptor, mensaje, referente, contexto, código y canal;  sin embargo, la educación utiliza el lenguaje verbal; la música un lenguaje emocional y estético, es decir de los sentidos, pero además es un lenguaje de individuo a individuo, no convencional. Jean-Luc Nancy en su libro “A la escucha” , en el cual hace un abordaje filosófico de la música y el sonido, nos dice que respecto al sentir musical que: El sentir (la aisthesis) es siempre un re-sentir, es decir, un sentirse sentir: o bien, si se prefiere, el sentir es sujeto, o no siente. (Jean-Luc Nancy 2002 p. 22)
El lenguaje verbal es hecho convencionalmente. El lenguaje verbal, en un nivel elemental, comunica conocimientos naturales y sociales del mundo. En la comunicación verbal el referente (objeto) “está”, en la música el referente (objeto) transcurre. Que la música tiene su propio lenguaje no hay duda, el problema es el significado, pues este por lo general no se piensa, se siente, y se siente absolutamente en forma subjetiva. Respecto a ello, al sentido de la música, nuevamente el filósofo francés Jean-Luc Nancy (2002, p. 21) lo expresa de la siguiente manera: “La música tiene un sentido. Se trata de entender el sentido del sonido. Entender significa “tender hacia” (in tendere), ese tender hacia es lo que le da sentido. El sonido es una remisión –nos remite a algo- (…) de un sonido a alguna cosa, de un estado de cosas a un valor, de un sujeto a otro o a sí mismo, y todo ello de manera simultánea.”
El lenguaje verbal-racional, busca aprender al mundo, contenerlo inmovilizarlo, por eso podemos decir que toda definición es estática. Los mensajes verbales que racionalmente producimos son claros, sin ambigüedades, estáticos; sin embargo el mensaje de la música no es estático,  es un mensaje que transcurre, que muta.
La música expresa una extensión del transcurrir de la vivencia individual en el mundo;  expresa el transcurrir de la existencia individual, que no se puede apresar si no es mediante la música. Dice Mc Luhan que “el medio es el mensaje”, y de ahí, podemos inferir que la música que hacemos, y en cierto sentido, la música que escuchamos es lo que emocional y metacognitivamente somos; por eso, los mensajes de la música son individuales, porque comunica conocimientos individuales del mundo, por supuesto esos conocimientos han sido formados primero socialmente, pero el individuo, en su obra, les ha dado su propia configuración.
El conocimiento de sí mismo es lo que ha buscado desde siempre la filosofía, y en la actualidad una de las finalidades del modelo educativo, que aunque dicho de otra manera, llámese autonomía en el aprendizaje, metacognición o transversalidad,  no es otra cosa más que el conocimiento de sí mismo, expresado mediante lenguaje verbal o en la acción sociales.  Es lo que la música (y el arte en general) han venido realizando siempre.

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