La
música es un tipo de lenguaje, un modo de comunicación anterior al lenguaje
verbal. Antes que con lenguaje verbal, los niños se comunican con lenguaje
musical. Los niños son muy hábiles para reconocer y producir tonos distintos, y no simplemente tonos
aislados, sino secuencias de tonos, melodías; lo cual, como sugiere Margarita
Moreno Montoya (2008, p. 38). La música es como un tipo de comunicación acústica de contenidos
emocionales, donde la conexión entre el significante y el significado (La música y lo que con ella
se trata de comunicar) es muy estrecha y poco abstracta a diferencia de lo que
ocurre con el lenguaje verbal, donde la entonación –que tiene mucho de
música- modifica la relación entre las palabras y su significado, hasta hacerlo
abstracto y arbitrario.
Muy
comúnmente se confunde la poesía con la música, puesto que comparten las
nociones de ritmo y entonación, sin
embargo sus diferencias son enormes; una
maneja el lenguaje verbal; la otra no. De cualquier forma, en nuestra sociedad
y en casi cualquier sociedad de cualquier tiempo, el canto, fusión de poesía y
música, se ha utilizado como herramienta educativa, ha sido un puente y
estimulo de la memoria verbal, recordemos que en la infancia, muchos de los
conocimientos abstractos, como los números, nombres de cosas, elementos
gramaticales etc. Etc., son aprendidos
mediante canciones.
Educación y música tienen algo en común, al menos estructuralmente: ambas son
instrumentos de la comunicación, pues en ellas hay emisor, receptor, mensaje,
referente, contexto, código y canal; sin
embargo, la educación utiliza el lenguaje verbal; la música un lenguaje
emocional y estético, es decir de los sentidos, pero además es un lenguaje de
individuo a individuo, no convencional. Jean-Luc Nancy
en su libro “A la escucha” , en el cual hace un abordaje filosófico de la
música y el sonido, nos dice que respecto al sentir musical que: “El sentir (la
aisthesis) es siempre un re-sentir, es decir, un sentirse sentir: o bien, si se
prefiere, el sentir es sujeto, o no siente. (Jean-Luc Nancy 2002 p. 22)
El
lenguaje verbal es hecho convencionalmente. El lenguaje verbal, en un nivel
elemental, comunica conocimientos naturales y sociales del mundo. En la
comunicación verbal el referente (objeto) “está”, en la música el referente
(objeto) transcurre. Que la música tiene
su propio lenguaje no hay duda, el problema es el significado, pues este por lo
general no se piensa, se siente, y se siente absolutamente en forma subjetiva.
Respecto a ello, al sentido de la música, nuevamente el filósofo francés Jean-Luc
Nancy (2002, p. 21) lo expresa de la siguiente manera: “La música tiene un sentido. Se trata
de entender el sentido del sonido. Entender significa “tender hacia” (in
tendere), ese tender hacia es lo que le da sentido. El sonido es una remisión
–nos remite a algo- (…) de un sonido a alguna cosa, de un estado de cosas a un
valor, de un sujeto a otro o a sí mismo, y todo ello de manera simultánea.”
El
lenguaje verbal-racional, busca aprender al mundo, contenerlo inmovilizarlo,
por eso podemos decir que toda definición es estática. Los mensajes verbales
que racionalmente producimos son claros, sin ambigüedades, estáticos; sin
embargo el mensaje de la música no es estático,
es un mensaje que transcurre, que muta.
La
música expresa una extensión del transcurrir de la vivencia individual en el
mundo; expresa el transcurrir de la
existencia individual, que no se puede apresar si no es mediante la música.
Dice Mc Luhan que “el medio es el mensaje”, y de ahí, podemos inferir que la
música que hacemos, y en cierto sentido, la música que escuchamos es lo que
emocional y metacognitivamente somos; por eso, los mensajes de la música son
individuales, porque comunica conocimientos individuales del mundo, por
supuesto esos conocimientos han sido formados primero socialmente, pero el
individuo, en su obra, les ha dado su propia configuración.
El
conocimiento de sí mismo es lo que ha buscado desde siempre la filosofía, y en
la actualidad una de las finalidades del modelo educativo, que aunque dicho de
otra manera, llámese autonomía en el aprendizaje, metacognición o transversalidad, no es otra cosa más que el conocimiento de sí
mismo, expresado mediante lenguaje verbal o en la acción sociales. Es lo que la música (y el arte en general)
han venido realizando siempre.
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