lunes, 30 de julio de 2012

1.4 Justificación


Al comprender el significado de las vivencias y experiencias de los profesores, podemos tener un conocimiento más profundo de la relación entre la música y el proceso de enseñanza aprendizaje. Tal conocimiento permitirá entender la situación en que se encuentra esa relación, principalmente, en el contexto en que se realizó la investigación, las cualidades y beneficios, las prácticas y maneras en que puede llevarse a cabo dichas prácticas en las aulas escolares, además de proponer perspectivas de futuras investigaciones sobre el tema.
Toda sociedad en cualquier tiempo se ha fundado sobre determinados valores que guían su actuación.  Dichos valores responden a sus necesidades y es por esa razón que las instituciones sociales, desde las educativas, sociales, económicas o políticas actúan en función de dichos valores.
Los valores de un modelo educativo van emparentados con los fines de un estado. Aunque, también hay que decir que en la actualidad hay valores que van más allá de las fronteras nacionales, como el caso del respeto a los valores humanos y a la diversidad cultural, por lo que las sociedades deben mediar entre los valores universales y sus propios valores, de lo contrario se cae en un desequilibrio: una sociedad que no practique valores propios carecería de soberanía e identidad, a la vez que un estado en el que sus valores propios pasaran por encima de los valores universales caería en el autoritarismo y la dictadura.
Aclarar los valores de una sociedad concreta – en este caso, el valor de la música en el campo de la educación-, por eso se aborda en este trabajo el concepto de transversalidad. Educación, valores  y  música. Una triada que a lo largo de la historia ha ido conformando al individuo y a la sociedad. Una triada que es parte de un mismo problema social: niveles bajos de aprovechamiento y un “analfabetismo musical” (Reynoso, 2009).
La música ha sido un instrumento del aprendizaje, pero también con ella se expresan y se instituyen el carácter y los valores de un individuo o de una sociedad, los ejemplos son claros, por un lado los Himnos Nacionales y por otro, su utilización en las diferentes prácticas sociales y ritos religiosas. Música y Educación son dos  fenómenos primarios de cualquier sociedad.  Desde la antigüedad diversos autores han mencionado algunos de los efectos que resultan de la aplicación de la música en el individuo y la sociedad.  De entre algunas de las utilizaciones que de la música se hacen, se menciona que, además del uso de ambientación, entretenimiento o recreativo que le damos, también estimula a la socialización, que dependiendo del tipo de música es el tipo de emoción y estímulo físico que se produce (Mena, A. 2008),  por lo que puede ser utilizada para diversos fines que van desde  su utilización para estimular y enseñar diversos conocimientos a los infantes, hasta aplicaciones con fines bélicos, además del uso que le dan los expertos del marketing y sus propiedades terapéuticas y medicinales (Scout, 2009).  La música es pues  un elemento muy importante en la cultura. Según Vygotsky, (en: Wersch, 1988), la interacción  socio-cultural produce conocimientos; en este sentido, si ya la música forma parte de nuestra vida cotidiana, de esa interacción social, por qué no enfocarla como un tema transversal para propiciar, un conocimiento relativo a la música y el proceso de aprendizaje-enseñanza proveniente desde nuestro contexto.
¿Por qué la música? Porque pensamos que en la figura del músico se levanta el ideal del ser humano, recordemos que músico es el que practica lo relativo a las actividades de las musas, es decir, el músico, “según ciertas acepciones, se traduce por “culto” o “cultivado” (Campos, 2009); porque la inteligencia musical, más que un producto de la cultura parece una actividad innata universal, es decir, la capacidad musical no es un lujo, porque la música afecta tanto a hombres como a mujeres, e incluso a los animales y a las plantas ( Moreno, 2008). La armonía musical provoca percepciones emocionales en las personas, no sólo de modo individual, sino de manera colectiva. Puede, por ejemplo, provocar alegría, tristeza o el extremo del malestar físico al ser utilizada con fines bélicos y netamente de tortura (Cusick, 2006). Sin embargo, en el presente trabajo nos interesa la utilización de la música con fines educativos, específicamente en un contexto de transversalidad curricular.  De acuerdo a Gardner (2001) poseemos ocho inteligencias y cada una de ellas dispone de un sistema simbólico mediante el cual se representan las ideas. En el proceso metacognitivo se puede concluir que sí entendemos la lógica de un lenguaje podemos hacer uso de él, por tanto comprender uno sólo de los lenguajes de las inteligencias múltiples, nos facilitaría el camino para comprender a los otros.   Ejecutar una pieza musical implica a un ejecutante llevar a cabo varías actividades físicas y mentales a la vez: lectura, motricidad, percepción, cognición, coordinación, emoción; hay conciencia métrica y conciencia del tiempo (Reynoso, 2009), es decir la música fomenta la metacognición. Son muchos los procesos  del conocimiento y fenómenos individuales y sociales donde la música interviene, y  por eso es que se busca integrar a la música como un tema transversal, recordemos que la transversalidad responde a problemáticas sociales presentes que se pueden abordar desde un conjunto de áreas curriculares (Redón,  (2007).
Finalmente, la viabilidad  de la investigación es grande porque  la relación entre música y proceso de enseñanza-aprendizaje es un fenómeno que se ha dado desde la antigüedad y en todos los lugares del mundo. Esa relación, cuando menos formalmente, ha sido vivida por menos por todas las personas que han sido participes de la educación básica, por lo que en el caso de profesores de nivel bachillerato, consideramos es un tema conocido.

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