Además
de ser un fenómeno físico, la música es un fenómeno también social. Ancestralmente
se usaba la música para consolarse y
crear lazos sociales. Se sabe que el cantar en grupo libera Oxitocina, que da
sensación de confianza e intimidad. (En el video Mi cerebro musical, Recuperado el 18 de Junio de 2010. Disponible
en: http://www.youtube.com/watch?v=7P0FfjOj9RI).
La música “nacida de la necesidad humana, es parte de cada uno, concierne a
todos. Su aparición marcó un hito en el proceso de hominización y en su
desarrollo sigue siendo un factor de humanización” (Pastor, Eufonía, 1999). La
música sirve para celebrar, es un lenguaje y un medio de comunicación y de
expresión social. (En el video El cerebro humano y su evolución.
Recuperado el 18 de abril de 2010.
Disponible en: http://www.youtube.com/watch?v=rUZT7sGrG7k&feature=related).
En este sentido, quizás el desarrollo social esté íntimamente ligado con el
desarrollo del cerebro, pues entre más complejo es el grupo social, mayor es el
cerebro. Así, la sociedad humana es la más complicada de todas las sociedades
animales. Primero se manipularon la herramientas externas, luego las
herramientas psicológicas entre ellas, la memoria y el lenguaje: Función
psicológica necesaria para la función psicológica superior: la conciencia y la
autoconciencia. “La conciencia forma parte de todo el cerebro.” (El cerebro
humano y su evolución).
Los
efectos de la música son diversos, dependiendo del tipo de música y del
individuo que la escuche. Puede provocar efectos narcotizantes o fortalecer el
pensamiento, producir cambios en el
pulso cardiaco y en la respiración, provocar emociones de tristeza o
alegría, dependiendo su rapidez o lentitud, lo que se reflejará en los
movimientos de las personas que la escuchan. Se dice que hay principalmente dos
tipos de efectos: uno estimulante y otro sedante. El primero, más rítmico, induce a la acción y el segundo, más melódico
relaja y tranquiliza, pero en definitiva la música afecta, no hay duda, debido
a eso desde hace mucho tiempo se ha utilizado para manipular y controlar el
comportamiento de individuos y grupos.
Los ejemplos cotidianos, los himnos nacionales, las marchas de guerra,
la música de supermercados, la música religiosa, en oficinas o discotecas, etc.
(Ramos, 2001)
De
cualquier modo los efectos son procesados en el cerebro, y en tanto el cerebro
funcione correctamente sus procesos serán enriquecidos por la música; pero,
además, cuando hay daños neurofisiológicos, estimula procesos relacionados, con
la memoria y el sistema motor, mediante la melodía y el ritmo, de tal manera
que se utiliza la musicoterapia para rehabilitar tales funciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario